El Blog de Eliseo Oliveras sobre política internacional. Una mirada crítica y sin compromisos desde la capital de Europa sobre las claves, el funcionamiento y los entresijos de la Unión Europea (UE), de la OTAN y de sus estados miembros.

El Gobierno transmite desamparo en lugar de confianza


El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.


El Gobierno de Mariano Rajoy transmite desamparo, en lugar de confianza como debería, con sus sucesivas peticiones públicas de respaldo de la eurozona y del Banco Central Europeo (BCE). Estas peticiones, que el propio Rajoy y el ministro de Economía, Luis de Guindos, multiplican en las últimas semanas, acentúan la impresión de que el país está en dificultades quizá mayores de las que perciben los mercados financieros y contribuyen a mantener vivas las dudas sobre la solvencia financiera de España.

Las reiteradas peticiones públicas de Rajoy al BCE para que intervenga en los mercados financieros en apoyo de la maltrecha deuda pública española corren el riesgo de provocar precisamente el efecto contrario. Cuanto más insistentes sean las peticiones, más inclinado se sentirá el BCE a no intervenir para demostrar que mantiene su sacrosanta independencia de las autoridades políticas europeas.

El BCE además ha suspendido desde hace más de diez semanas su programa de intervención selectiva en el mercado secundario en apoyo de la deuda de los países acosados para forzar a esos países, y en especial a España, a adoptar las indispensables reformas pendientes y en particular el saneamiento definitivo del sector financiero español y el enderezamiento de las descontroladas cuentas públicas autonómicas.

España se encuentra en una situación de profunda debilidad política frente a sus socios de la eurozona, porque cuatro años después del inicio de la crisis financiera el sector bancario español dista aún de estar saneado, la crisis se ha cobrado una nueva entidad clave como Bankia y los directivos bancarios siguen ocultando en sus balances voluminosas pérdidas encubiertas de los activos del sector inmobiliario y de los créditos refinanciados a las grandes compañías inmobiliarias.

La fragilidad del sector financiero español y los riesgos de inestabilidad y desconfianza que genera al conjunto de la eurozona son precisamente una de las principales preocupaciones del BCE en estos momentos.

El golpe de gracia a la credibilidad del Gobierno de Rajoy hay sido la súbita aparición de otros 0,4 puntos de déficit público ocultados por tres comunidades autónomas gobernadas por el PP en el 2011, que han elevado el déficit público al 8,9% del producto interior bruto (PIB).

El Gobierno tampoco acaba de convencer a la Comisión Europea por sus cálculos optimistas en la recaudación prevista en el presupuesto del 2012, la subvaloración del gasto real de la Seguridad Social durante este año pese al nuevo disparo del desempleo y la poca concreción en el programa de estabilidad respecto a las medidas que se adoptarán en el 2013 para rebajar el déficit al 3%,

En este contexto, cada nueva petición pública de respaldo que formula el Gobierno a la eurozona y al BCE se convierte en una confesión pública de la propia debilidad y fragilidad de España y una invitación a los especuladores financieros a acentuar su acoso a la deuda pública y a las acciones de las entidades financieras.