El Blog de Eliseo Oliveras sobre política internacional. Una mirada crítica y sin compromisos desde la capital de Europa sobre las claves, el funcionamiento y los entresijos de la Unión Europea (UE), de la OTAN y de sus estados miembros.

La UE reacciona con retraso en Egipto

La 'ministra' de Asuntos Exteriores de la UE, Catherine Ashton, tras el Consejo de Ministros europeo.


Al igual que ocurrió con la reciente revuelta popular en Túnez, la Unión Europea (UE) está reaccionando con retraso a las reivindicaciones democráticas de la población egipcia y sólo ha reclamado hoy el inicio de una transición democrática después de que Estados Unidos lo hiciera la víspera.

Tras respaldar sin fisuras durante décadas al régimen autoritario egipcio y de soslayar sus reiteradas y masivas violaciones de los derechos humanos, los ministros de Asuntos Exteriores de la UE han urgido a las autoridades egipcias a «iniciar un diálogo serio y amplio con todas las fuerzas políticas» para abrir un proceso de transición democrática «ordenado», que prepare la vía para «unas elecciones libres y limpias».

La UE ha apoyado al presidente egipcio Hosni Mubarak como baluarte frente al temor islamista sin importarle que el precio fuera la opresión y represión durante décadas de la población egipcia y sin darse cuenta que con su comportamiento ciego fomentaba precisamente el avance de los islamistas, transformados en la única oposición efectiva al régimen autoritario..

Ahora la UE afirma reconocer “las aspiraciones democráticas legítimas y las reivindicaciones de la población egipcia” y reclama que sean respondidas con “medias urgentes, concretas y decisivas”.

Pero el temor a un vacío de poder en Egipto ha impuesto en el Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores de la UE las tesis defendidas por Francia y Gran Bretaña y los Veintisiete se han abstenido de pedir a Mubarak que abandone el poder. No hay que olvidar que Mubarak copreside junto al presidente francés, Nicolas Sarkozy, la paralizada Unión para el Mediterráneo, símbolo máximo de la política mediterránea europea.

La UE, que respaldó hasta el último segundo al depuesto presidente tunecino Zine El Abidine Ben Ali, ahora corre el riesgo de seguir apuntalando un nuevo cadáver político, y de retrasar y limitar la amplitud de la reforma democrática, algo que en realidad nunca ha promovido en la práctica en Egipto, a pesar de sus reiteradas declaraciones políticas a favor de la democracia y los derechos humanos.

Mientras la UE no adoptó ninguna medida sancionadora contra el fraude masivo y la represión generalizada en las elecciones legislativas egipcias de noviembre y diciembre del 2010, los Veintisiete han adoptado hoy una amplia serie de sanciones con el presidente de Bielorrusia, Aleksandr Lukashenko, por el fraude electoral y la represión de la oposición en las pasadas elecciones del pasado mes de diciembre. Ese doble rasero debilita la credibilidad internacional de la UE y su capacidad efectiva de influir políticamente en el mundo. 

Bélgica va a la deriva


Dos jóvenes flamencas durante la manifestación del pasado 23 de enero en Bruselas para reclamar a los partidos que sean capaces de pactar un Gobierno


Nueve meses después de la caída del Gobierno y siete meses y medio después de las elecciones generales del 13 de junio, Bélgica se va a la deriva. Las profundas divergencias entre los partidos de la mayoría flamenca y de la minoría francófona sobre la reforma del Estado y de la financiación de las regiones condujeron ayer al último mediador real a arrojar definitivamente la toalla.

Alberto II ha aceptado la dimisión irrevocable del senador socialista flamenco Johan Vande Lanotte y ha iniciado una nueva ronda de consultas para buscar un nuevo mediador para una misión que cada vez más parece imposible: lograr un acuerdo entre flamencos y francófonos y constituir un Gobierno.

“El impasse es total”, titulaba hoy en la portada el diario La Libre Belgique. “Sin compromiso no hay país” titulaba Le Soir. El llamamiento a los partidos políticos por parte de los más de 30.000 manifestantes el pasado 23 de enero en las calles de Bruselas a consensuar un Gobierno no ha servido de nada. “Vergüenza”, titulada el diario flamenco De Morgen, recogiendo el eslogan de los manifestantes.

Los partidos flamencos y francófonos se responsabilizaban hoy mutuamente del nuevo fracaso de la clase política belga. Los flamencos acusan a los francófonos de encerrarse en un inmovilismo y los francófonos les reprochan de pretender reformas irrealistas.

Los independentistas de la Nueva Alianza Flamenca (NVA), vencedores de las pasadas elecciones, y los democristianos flamencos (CDV), segunda fuerza política flamenca, reclaman en su última propuesta como mínimo una regionalización de las políticas de empleo y asistencia sanitaria. “Inaceptable”, han respondido los socialistas (PS) y centristas (CDH) francófonos, que ven en ello la ruptura de la solidaridad interna del país y la preparación del desmantelamiento de Bélgica.

Flandes, la región más poblada, más rica y más dinámica del país, reclama un sustancial incremento de competencias y una modificación radical del sistema de financiación para reducir las cuantiosas transferencias de fondos hacia la deficitaria y empobrecida comunidad francófona, con una baja recaudación fiscal, un paro muy elevado y cuantiosos subsidios sociales. Los partidos francófonos quieren limitar el alcance de la reforma y de la financiación regional por temor a ver reducidos sustancialmente el dinero público que la comunidad francófona recibe del Estado, lo que obligaría a recortar las prestaciones sociales o a subir los impuestos ya muy elevados.

Todo el mundo coincide en que la convocatoria de nuevas elecciones no resolvería los problemas, sino que radicalizaría aún más la situación. Mientras el monarca inicia una nueva ronda desesperada de consultas, Bélgica se encamina a batir el récord mundial de país sin Gobierno, superando a Irak, como muestra implacablemente el contador digital de la web “Le Record du Monde”.

La UE recibe bien a los tiranos

Protesta de la International Federation for Human Rights (FIDH) a la entrada de la Comisión Europea contra la visita de presidente uzbeko, Islom Karimov.


A pesar de las declaraciones grandilocuentes de la Unión Europea (UE) a favor del respeto de los derechos humanos, la defensa posterior de esos principios en la práctica queda reducida a poca cosa y los dirigentes europeos se distinguen por recibir bien a los tiranos del resto del mundo.

Un ejemplo claro de ello es la reciente buena acogida por parte del presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, esta semana en Bruselas al presidente de Uzbekistán, Islom Karimov, considerado como uno de los mayores violadores de derechos humanos del mundo por las organizaciones humanitarias.

Otros ejemplos próximos son el respaldo de la UE y sus estados miembros hasta el último segundo al depuesto presidente tunecino, Zine El Abidine Ben Ali, pese al marcado carácter represivo de su régimen o la complacencia europea con el régimen también especialmente autoritario del coronel libio Muammar Gaddafi.

La organización internacional Human Rights Watch ha denunciado precisamente estos días que los gobiernos europeos y la UE “tratan con guantes de seda a los violadores de derechos humanos” y que “el apoyo ritual al diálogo y a la cooperación con los gobiernos represivos es con demasiada frecuencia una excusa para no hacer nada acerca de los derechos humanos”.

"La UE --ha recordado Human Rights Watch-- levantó las sanciones impuestas a Uzbekistán después de que las fuerzas de seguridad masacraran a cientos de personas en el 2005 en la ciudad de Andiján, a pesar de que el Gobierno uzbeko no tomó ninguna medida para cumplir con ninguno de los criterios exigidos por la UE para levantar esta clase de sanciones".

“Incluso cuando la UE emite un comunicado sobre su preocupación por un tema de derechos humanos, a menudo no está respaldado por una amplia estrategia de acción para presionar a favor del cambio”, ha criticado Human Rights Watch al presentar su informe anual (versión completa inglesa y versión resumida en español).

Human Rights Watch lamenta que la UE y Estados Unidos sólo se muestran firmes con los gobiernos de países donde no tienen intereses económicos significativos, como ocurre actualmente el en caso de Corea del Norte, Irán o Zimbawe.

Con esta actitud, la UE corre el riesgo de generar un sentimiento de hostilidad entre la población de esos países con regímenes represivos y de comprometer su capacidad de influencia política futura en ellos una vez esa población logre desembarazarse del tirano, como está ocurriendo en Túnez.

Manifestación belga sin secuelas

Manifestación en Bruselas para pedir a los partidos que lleguen a un acuerdo para formar Gobierno

A pesar de un tiempo poco clemente y frío, los ciudadanos belgas expresaron hoy por primera vez de forma decidida con una nutrida manifestación --para los cánones apáticos del país-- su indignación y hartazgo por la alarmante incapacidad demostrada por los partidos flamencos y francófonos para llegar a un acuerdo para constituir un Gobierno.

Más de 30.000 personas, según las estimaciones de la policía, participaron en la manifestación que recorrió a primera hora de la tarde de hoy 23 de enero las calles del centro de Bruselas, pero los partidos no parece que vayan a reaccionar a ese malestar ciudadano a tenor de las declaraciones de sus dirigentes.

Siete meses y diez días después de las elecciones legislativas del pasado 13 de junio, Bélgica se encuentra aún sin Gobierno y sin ninguna perspectiva de conseguir tener uno a corto plazo, o incluso a medio plazo. Después de haber batido el triste récord europeo de ser el país que lleva más tiempo sin lograr constituir su Ejecutivo, Bélgica podría superar con facilidad el récord mundial detentado hasta ahora por Irak, con 289 días sin Gobierno.

Encabezada por una gran pancarta con la palabra "Vergüenza" en inglés, la  manifestación fue organizada a partir de un llamamiento realizado por un grupo de estudiantes universitarios flamencos y francófonos de forma apolítica a través de Internet y de las redes sociales.

La protesta, que tenía como principal objetivo reclamar a los partidos flamencos y francófonos que lleguen a un acuerdo para formar un Gobierno, ha sufrido un rechazo más o menos disimulado de los principales partidos políticos del país.

En la manifestación proliferaron las banderas belgas y los símbolos tricolores del país, así como pancartas en favor de la unidad y críticas con los partidos. "¿Dividirse? No en mi nombre", también se podía leer escrito en francés o neerlandés en centenares de pancartas colgadas del cuello de los manifestantes. Las únicas pancartas con ataques directos concretos estuvieron dirigidas al líder de los independentistas flamencos de la Nueva Alianza Flamenca (NVA) y gran vencedor de las pasadas elecciones, Bart De Wever.

Las negociaciones entre los partidos de la mayoría flamenca y de la minoría francófona están bloqueadas por las divergencias a ambos lados de la frontera lingüística sobre la amplitud del reforzamiento del poder de las regiones y de la reforma de la ley de financiación regional.

Flandes, la región más poblada, más rica y más dinámica del país, reclama un sustancial incremento de competencias y una modificación radical del sistema de financiación para reducir las cuantiosas transferencias de fondos hacia la deficitaria y empobrecida comunidad francófona, con una baja recaudación fiscal, un paro muy elevado y cuantiosos subsidios sociales.
Los partidos francófonos quieren limitar el alcance de la reforma y de la financiación regional por temor a ver reducidos sustancialmente el dinero público que la comunidad francófona recibe del Estado.
Aunque los convocantes pueden estar satisfechos con el éxito de la manifestación, porque había diez veces más participantes que en la última fracasada manifestación a favor de la unidad de Bélgica del 16 de mayo del 2010, su número fue muy limitado para obligar a reaccionar a los políticos.

Por ejemplo, la manifestación silenciosa celebrada el 23 de abril del 2006 en Bruselas para condenar el homicidio pocos días antes en la Estación Central del joven Joe Van Holsbeeck para robarle su Ipod congregó a unas 80.000 personas, más del doble que ahora.

La última gran manifestación política en Bélgica, que obligó a reaccionar al Gobierno, se produjo en 1996, cuando 300.000 protestaron en el centro de Bruselas contra la desidia y la incompetencia de la administración judicial y policial del país, que permitió que el peligroso delincuente sexual reincidente Marc Dutroux  pudiera secuestrar de nuevo a seis niñas y adolescentes a lo largo de numerosos meses y acabar con la vida de cuatro de sus víctimas, un caso que nunca ha quedado esclarecido del todo y en el que las autoridades se esforzaron en evitar que se investigara si esos secuestros formaban parte de una red pederasta organizada con conexiones muy influyentes.

Exasperación belga

El actor belga Benoit Poelvoorde
Hastío, exasperación, hartazgo, indignación... son los sentimientos que comienzan a mostrar la tradicionalmente apática y resignada población belga por la crisis política sin fin en la que se hunde el país cada día más profundamente después de las elecciones legislativas del pasado 13 de junio.

Tras haberse superado el increíble récord de siete meses sin Gobierno y ante la ausencia de la más mínima perspectiva de que los partidos flamencos y francófonos puedan llegar a un acuerdo en un plazo razonable, los ciudadanos belgas han comenzado a multiplicar las iniciativas llamativas para presionar a sus políticos y exigirles que cumplan con su trabajo, como cualquier otro asalariado.

El popular actor cinematrográfico Benoit Poelvoorde ha efectuado un llamamiento a la población masculina del país a no afeitarse hasta que no se constituya una Gobierno federal. "Dejad crecer vuestra barba y sabremos que todos somos solidarios de una Bélgica unida y que sale adelante", propuso con una barba de varios días Poelvoorde desde el canal francófono RTL (vídeo). "Por una Bélgica a pelo", añadió,jugando con el doble sentido de la expresión.

El dibujante Philipe Geluck calificó la iniciativa de "excelente idea", pero expresó su temor de que "dentro de varios años me encuentre con una barba muy larga", ante la proverbial incapacidad que demuestran los políticos belgas. Otros internautas han ironizado también que Bruselas corre el riesgo de parecerse pronto a Kandahar y que Bélgica se transformará en un país de barbudos como Afganistán.

El caricaturista político Frédéric du Bus, habitual de la revista Le Soir Magazine, ha colocado por su parte en internet una foto suya en la que empuña un revolver apuntando a la cabeza de un gato que tiene cogido por el cuello con la siguiente amenaza: "Si ustedes no forman un gobierno, yo mato a este gato".

Otros ciudadanos han creado una página web (http://www.camping16.be/) en la que reclaman que si no se ha formado un Gobierno en Bélgica el 20 de abril (100 días de plazo) les devuelvan el dinero y para presionar a los políticos acampan virtualmente ante la sede del Ejecutivo en la rue de la Loi, 16, de Bruselas. Una semana después de abrirse la pagina web ya había más de 136.000 acampados. "¿Qué ocurre cuando ha pagado por algo que no funciona? Exige ser reembolsado. ¿Por que tenemos que pagar entonces por un producto que no funciona? ¿No hay Gobierno? ¡Reembolso!", proclaman estos ciudadanos indigandos.

Un grupo de universitarios francófonos y flamencos para incrementar la presión ha convocado una manifestación el próximo 23 de enero en Bruselas para exigir la creación de ese Gobierno desde una página de internet (http://www.230111.be/) encabezaba por la palabra "Vergüenza", escrita con los colores de la bandera belga.

En otro sitio de internet, bajo el nombre de "El Record del Mundo" (http://lerecorddumonde.be/), un reloj digital va descontando los segundos, los minutos, las horas y los días que faltan a Bélgica para batir todos los récords mundiales sin Gobierno. Debajo aparece Irak, el actual campeón mundial que tardó 289 días en formar su Gobierno. Un texto pregunta: "¿Piensas que lo podemos superar?" Y añade: "Sí, nosotros los belgas, podemos", parodiando el famoso eslogan del presidente norteamericano, Barak Obama, "Yes, we can". Al lado de Irak, aparece Bélgica, como aspirante, con un texto que define al país como un territorio lastrado por “políticos imbéciles”, poblado por "10 millones de ovejas" y que ya cuenta con el récord europeo de país sin Gobierno.

Nueva advertencia a Hungría

Viktor Orban, primer ministro húngaro
La gestión semestral húngara de la Unión Europea (UE) no podía haber empezado con peor pie. Tras las críticas generalizadas contra la nueva ley de prensa, cuyo objetivo parece ser amordazar la libertad de expresión y de información en Hungría, le ha tocado ahora el turno a los preocupantes los planes del Gobierno conservador de Viktor Orban de dar el derecho a voto a las personas históricamente de origen húngaro que son ciudadanos de otros países limítrofes.

Esta controvertida decisión política de dar el derecho a voto en Hungría a personas de otros estados sería la “consecuencia lógica” del actual proceso en marcha de conceder el pasaporte y la nacionalidad a las personas históricamente de origen húngaro y que actualmente son miembros de otros estados, según manifestó el propio Orban a un grupo de corresponsales europeos en Budapest. La medida está prevista que sea estudiada por el Parlamento húngaro durante este año.

Pero estos planes del Gobierno húngaro preocupan a los otros dirigentes conservadores europeos porque equivaldría a poner en cuestión las actuales fronteras de los países de Europa Oriental y abrir una caja de Pandora de consecuencias explosivas.

El líder del grupo popular del Parlamento Europeo, Joseph Daul, ha advertido hoy claramente a Orban que acordar el derecho a voto a esas minorías húngaras en el extranjero “no es aceptable”. “Esto equivaldría a no reconocer las actuales fronteras y eso no es aceptable”, ha añadido Daul.

Unos 3,5 millones de personas de origen húngaro viven actualmente en los países vecinos, en especial en Rumanía y Eslovaquia, pero también Serbia, Austria, Croacia y Ucrania. Eslovaquia, donde la minoría húngara representa el 10% de la población, ha aprobado ya una ley en la que privará de la nacionalidad a los ciudadanos que acepten la nacionalidad húngara.